El pasillo está frío. Las rejas chocan sin cesar y le golpean la puerta a la locura. El espacio se aprieta contra el cuerpo, el encierro comprime el alma. La idea de que es injusto, la certeza de que es "por algo". Aparece la culpa, culpa que se transforma en resentimiento y resentimiento que pasa a ser odio. Darse cuenta de pronto que ya nada tiene sentido. Marcar la pared con días que borra la humedad. Y hasta la soledad se escapa y te deja solo. Solo, solo, solo, hasta volverte irremediablemente loco.
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Triste, muy triste...
ResponderEliminarNo me salen muchas palabras
Te quiero
A.-