viernes, 30 de octubre de 2009

Ex suegra


¿Es preocupante que tus ex suegras te llamen para ver cómo andás y te digan cuánto te quieren y lo bien que les caés?. Definitivamente sí. Más que preocupante. Y más cuando él no da signos de recordar tu existencia y mucho menos una existencia juntos. Eso sin contar que, muy a pesar de su madre, él ya tiene una novia, que encima te cae bárbaro porque es divina. Eso es lo peor de la historia. Si te cae bien a vos, podés dar por descontado que al resto también. Salvo a la suegra, claro.
Y así vas coleccionando ex suegras dispuestas a hablar de vos en las reuniones familiares en que están las actuales. Tu presencia en las charlas puede causar una indigestión momentánea, pero la actual no ignora que la que está comiendo es ella y no vos. Y mientras creés que la ex suegra te está ayudando a que él vuelva con vos, lo único que hace es dilapidarte bajo el rótulo de "nuera perfecta".

Un dato: Cuando sepas que la ex suegra dejó de hablar de vos, será porque él ya está con otra novia que se sienta a la mesa a escuchar las maravillas de la anterior.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Juego


Este jueguito me divierte, me encanta, lo provoco y, al momento de poner las cartas sobre la mesa, me voy al mazo. Lo hice siempre y lo sabés. Viste las jugadas desde mi lado y tenés la certeza de que después de perder tantas veces ya no apuesto fuerte aunque tenga todas las cartas. No sé qué te hace sentir diferente al resto de los jugadores ni por qué considerás que voy a actuar distinto. Yo veo que tu juego no tiene nada fuera de lo común y tus apuestas son cada vez más medidas. De a poco me estás sacando un par de puntos -no vale aprovecharse de momentos de guardia baja- pero no tantos como para que corra al refugio del mazo. Lo raro es que, aunque sé que de a poco me estás ganando, no quiero dejar de jugar.
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"Amor se llama el juego
en el que un par de ciegos
juegan a hacerse daño"
(Joaquin Sabina)

martes, 20 de octubre de 2009

Domesticar


-Buenos días -saludó el zorro.
-Buenos días -contestó amablemente el principito que al darse vuelta en dirección a la voz no vio a nadie.
-Si me buscas, aquí estoy -aclaró el zorro- debajo del manzano...
-Pero..., ¿quién eres tú? -preguntó el principito- Eres muy hermoso...
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Acércate..., ven a jugar conmigo -propuso el principito- ¡Estoy tan triste!...
-¿Jugar contigo? No..., no puedo
-dijo el zorro- Aún no estoy domesticado.
-¡Ah! Perdón -se excusó el principito.
Interrogó, luego de meditar un instante:
-¿Has dicho "domesticar"? ¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -afirmó el zorro- ¿Puedes decirme qué es lo que buscas?
-Busco a los hombres -respondió el principito- Dime, ¿qué significa "domesticar"?
-Los hombres -intentó explicar el zorro- poseen fusiles y cazan. Eso es bien molesto. Crían también gallinas; es su único interés. Tú buscas gallinas, ¿verdad?
-No
-dijo el principito- Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"?
-¡Ah!..., es una cosa muy olvidada
-respondió el zorro- Significa "crear lazos".
-¿Crear lazos?
-preguntó el principito.
-Así es -confirmó el zorro- Tú para mí, no eres más que un jovencito semejante a cien mil muchachitos. Además, no te necesito. Tampoco tú a mí. No soy para tí más que un zorro parecido a cien mil zorros. En cambio, si me domesticas..., sentiremos necesidad uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para tí único en el mundo...
-Creo que empiezo a entender -dijo el principito- Hay una flor... Creo que me ha domesticado.


(El principito)

lunes, 19 de octubre de 2009

Bien

Estoy bien, pero me cuesta dormir a la noche. Estoy bien, pero tengo miedos que antes no tenía. Estoy bien, pero de nuevo aparecen esas manchas por todo el cuerpo. Estoy bien, pero me duele la cabeza como nunca. Estoy bien, pero parece que mi cuerpo no dice lo mismo. Hay que ver si la dermatóloga me receta cremas o diván.

Registro


"¿Con esa vas a rendir?", me dice un flaco con cara de sorprendido mientras piensa: "Pobre piba, se va a llevar puestos todos los conos". Entonces lo miro como diciendo: "Antes de llevarme puestos los conos te choco a vos por tarado". Y le contesto con irónica amabilidad: "Sí". Entonces me subo a la camioneta y el de vialidad dice: "Seguime despacito y sin pisarme". Después de tu desacertado comentario, ganas de pisarte no me faltan, pero no me conviene si pretendo ampliar mi registro. La próxima voy a ir con un tractor de esos bien gigantes a ver si se arriesgan a decirme algo.
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Nota: Cómo me encantaría tener uno de esos súper camiones, pasar toda la 9 de julio chocando a los hombres que se creen superiores y decirles: "Perdón, soy mujer y estaba llegando tarde al shopping".

sábado, 10 de octubre de 2009

Lluvia de sapos

Hoy aprendí que las lluvias de sapos existen de verdad. Confirmado, corroborado y constatado. Increíble.

viernes, 9 de octubre de 2009

Orilla


La arena se siente fría bajo mis pies descalzos y camino por la orilla de un mar que desconozco. El pelo suelto se revuelve en mi cara y una humedad salada me parte los labios. La noche está cerrada y no hay signos de que la luna vaya a salir. El ruido de las olas me resulta tan lejano y a la vez parece que retumbara adentro mío. Muy adentro. En ese espacio hueco que sólo yo sé dónde está porque cada tanto se hace sentir. Pienso en la loca idea de que siguiendo ese camino podría dar toda la vuelta al continente sin perderme. Y eso para llegar a este mismo lugar que simulará ser igual a pesar de haber cambiado completamente desde el momento en que decidí volver, pero no caminando para atrás, sino para adelante. Siempre para adelante y sin perder de vista la orilla.
"Si tus besos no son mi orilla
naufragaremos toda la vida"
(Rosana)

jueves, 8 de octubre de 2009

Aire


Cinco minutos y salimos. "¿Estás nerviosa?". Más vale, sino ¿cuál es la gracia de todo esto?. Algo en la panza parece querer salir corriendo del cuerpo para escaparse. Me encanta. Me encantan esas sensaciones imposibles de explicar. Por hacer un intento diría que son como enanitos jugando a la mancha, riendo y haciéndose cosquillas. Y todo eso en el medio de mi panza. Otros más serios dirían que son nervios, pero no, yo no quiero decir que tengo nervios, me gustan más los enanitos. Es más... exacto. Todos corren. Últimos detalles. De pronto parece que faltan mil cosas pero no hay tiempo para hacer ninguna. Los enanitos saltan saltan saltan saltan y entonces se sientan de golpe. Escuchan. Luz roja. Aire.

martes, 6 de octubre de 2009

Consejos

Tengo un compendio de buenos consejos dados esperando a ser usados alguna vez por mí.

lunes, 5 de octubre de 2009

Uno


¿Qué pasaría si mañana me fuera a vivir a otro mundo y sólo pudiera llevar conmigo un libro, un CD, un perfume, un paisaje, un juego, una carta, una persona?. De todo, pero sólo uno de cada uno. ¿Qué elegiría? El libro y el CD van a estar destinados a perder su lugar de predilección para pasar a ser aburridos, cansadores y predecibles del primero al último punto. El perfume fresco y floral no me va a conformar en invierno y, después de un tiempo, tampoco me va a parecer adecuado para el verano. En cuanto al paisaje, nunca me arrepentiría de elegir el mar, pero extrañaría cada tanto las montañas nevadas. El juego no va a correr mayor suerte que el libro y el CD. Es más, seguro me canse de él todavía más rápido. La carta... Eso sí que es difícil, pero no tanto como la persona. Elegir a alguien, a uno y sólo a uno. Sin cambios. Sin reembolso. No hay dudas de que cuando de elegir se trata, por más seguros que estemos en el momento, siempre dudaremos si la elección fue la correcta y nos rebotará en la mente el tan molesto e incontestable: "¿Qué hubiera pasado si...?".


sábado, 3 de octubre de 2009

Miradas y pasos

Si te miro, te miro y te sigo mirando quiere decir que quiero que me vengas a hablar y que parezca que fuiste vos el que dio el primer paso. Así funciona. La mirada no cuenta como primer paso, y sin paso, no hay rechazo. A lo sumo mirada no correspondida, que bien podría ser considerada mirada no comprendida. Suena bien. Conviene.

viernes, 2 de octubre de 2009

Egoísta


Siempre la nena, la desprotegida, la que tenías que cuidar, la que te parecía que se quedaba en el tiempo mientras vos crecías, mientras todos crecían. La inocente, la sensible, la caprichosa, la celosa, la que nunca soportó compartir la banca de mejor amiga. Esa por la que te aguantaste tus lágrimas para consolar primero las de ella y por la que dejaste el teléfono prendido por si esa noche te llamaba a las tres porque no podía dormir.
Esa nena eterna que siempre cuidaste y consentiste es la misma que hoy se muere de tristeza al ver que cuando le toca estar del otro lado, por alguna razón no está. Y lo peor es que es tan egoísta que se da el lujo de ser, una vez más, la que te necesita. Necesita que la estés necesitando.