viernes, 26 de junio de 2009

Cosa de cuentos


Se fugaron los príncipes de este reino sin reyes. Se fueron las ideas de la cabeza del sabio del pueblo. Se apagó la última estrella que iluminaba la noche. La luna olvidó realizar sus visitas nocturnas. El Hada Madrina decidió jubilarse y Pepe Grillo se pasó de bando. El Principito se mudó y remató su asteroide -con flor y todo- al mejor postor. Las princesas decidieron ser monjas e hicieron cortinas con los vestidos. Pinocho está triste porque extraña ser de madera y Peter Pan quiere unirse al Capitán Garfio. El Coyote se aburrió de perseguir al Correcaminos y Minnie le pidió el divorcio a Mickey. A veces, hasta los menos pensados se cansan de ser monótonos y previsibles.


3 comentarios:

  1. Qué te pasó?
    Qué es esta revolución de Princesa?
    No te deberían gustar los finales felices?


    Te quiero

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  2. Debo confesar que soy una fiel admiradora del happy end... ;)

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  3. hola, princesa... yo no soy muy fana de los finales cantados, ni del andar obvio. pero a veces, debo decir, son un poco necesarios para la paz mental. beso grande!

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