martes, 21 de abril de 2009

Prejuicio


Facultad privada, bar nuevo, sillones impecables. Mucha gente y murmullo. Algo extraño: nadie tiene ni un apunte. Hay quienes exhiben sus notebooks último modelo pero estimo -prejuicio a flor de piel- que están chateando o chusmeando Facebooks. Es martes y el tema elegido sigue siendo el fin de semana pasado, quizás mañana incluyan el que viene en sus charlas.
Hay un grupo de chicos que están por elegir los ingredientes que va a tener su sánguche. No hay mujeres en esa fila, una comida así a esa hora va contra los principios de las dietas Cormillot. Me pido un café con leche que ayude a soportar la segunda parte de la clase despierta. No hay edulcorante. ¿Cómo que no hay edulcorante?. Me indigna que no haya edulcorante y me preocupa que me indigne, porque ya no me veo tan diferente al resto.


2 comentarios:

  1. por muchísimo menos que un edulcorante, hay gente que ha votado a Macri.
    Así están las cosas, país...
    Saludos.-

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  2. Jajaa, y este confite?
    Estás en todos lados querido!
    Como siempre, tenés toda la razón... nunca,
    NUNCA te vuelvas como ellos y si no, salí corriendo, o criticalos conmigo!

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