martes, 28 de abril de 2009

El reino de los sapos


¿Hasta qué punto se puede querer a alguien que no te quiere? ¿Cuántas veces se puede caer en la misma historia de siempre? ¿Dónde está el límite? "Hace eso porque te quiere", le dice una mamá a su hija que acaba de ser empujada por el nene que le gusta. ¿Eso es querer?. Y por otro lado, ¿la nena lo sigue queriendo después de que él la trata mal?. Creo que, incluso, lo quiere más que antes. Entonces vuelvo a lo anterior: ¿Eso es querer?.
Esto que ya no sé si llamar amor se está volviendo en mi mente más incomprensible que nunca. Parece ser que el más cotizado en el mercado del amor es el no correspondido, ese que te hace sufrir, el que no te deja dormir, el que te pone de mal humor, el que no está cuando lo necesitás, el egocéntrico, el histérico, el pirata, el ciclotímico, o el que tiene todo eso junto. El error es que dejamos de lado la utopía de buscar príncipes azules para pasar a una más utópica, la de creer que todos son sapos que pronto convertiremos en príncipes.

5 comentarios:

  1. Si hace esto por qué me quiere, no me quiero imaginar que haría si me odiara.
    Lo odio, lo odio... odio que sea tan ideal... cuántas veces más se encuentra a alguien así? Quiero mi rebelde sin causa, mi sapo gelatinoso, los príncipes son aburridos.
    Gracias amiga de mi alma!

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  2. Hola... tal vez sea muy extrema, pero no creo que se pueda querer a aquel que no nos quiere. Princesa, yo diría que todavía quedan principes, no azules, sino de carne y hueso. Un beso grande...

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  3. MQDLV, ya creo que existen príncipes de carne y hueso, el problema es que a veces nos empecinamos en convertir en príncipes a los sapos...

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  4. "no hay mejor amor que el que nunca ha sido", le leí a Alejandro Dolina.
    Una vez me dijo una chica a la que le había mostrado demasiado de mi corazón: "pero no te jode no ser correspondido?".
    Y yo le dije que no, que al contrario, que sí me dolía, pero que era parte de mi moasoquismo, que ahí estaba justamente lo interesante del juego. Claro que uno a veces se cansa de participar, y quisiera llegar al último casillero, ganar. Pero a veces no se trata de llegar al final, sino de la cantidad de escollos que tiene el camino. Cuanto más, es más doloroso, más complicado, más peligroso y es más probable terminar malherido. Pero también, es más digno.
    Y sí, ustedes siempre eligen a los peores. Y nosotros, tratamos de entenderlo.

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  5. Espero que algún día aparezca ese principe de carne y hueso que tanto me cuesta encontrar...
    Espero algún día no tener que volver a decir BASTA, esto me hace mal...
    que no haya más puntos finales ni suspensivos.
    Todos dicen que cuanto más lo buscas menos aparece
    Qué hacemos entonces?
    a mi me resulta casi imposible no pensar, no buscarlo, no querer encontrarlo...

    te quiero!! besoo

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