viernes, 9 de octubre de 2009

Orilla


La arena se siente fría bajo mis pies descalzos y camino por la orilla de un mar que desconozco. El pelo suelto se revuelve en mi cara y una humedad salada me parte los labios. La noche está cerrada y no hay signos de que la luna vaya a salir. El ruido de las olas me resulta tan lejano y a la vez parece que retumbara adentro mío. Muy adentro. En ese espacio hueco que sólo yo sé dónde está porque cada tanto se hace sentir. Pienso en la loca idea de que siguiendo ese camino podría dar toda la vuelta al continente sin perderme. Y eso para llegar a este mismo lugar que simulará ser igual a pesar de haber cambiado completamente desde el momento en que decidí volver, pero no caminando para atrás, sino para adelante. Siempre para adelante y sin perder de vista la orilla.
"Si tus besos no son mi orilla
naufragaremos toda la vida"
(Rosana)

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