viernes, 2 de octubre de 2009

Egoísta


Siempre la nena, la desprotegida, la que tenías que cuidar, la que te parecía que se quedaba en el tiempo mientras vos crecías, mientras todos crecían. La inocente, la sensible, la caprichosa, la celosa, la que nunca soportó compartir la banca de mejor amiga. Esa por la que te aguantaste tus lágrimas para consolar primero las de ella y por la que dejaste el teléfono prendido por si esa noche te llamaba a las tres porque no podía dormir.
Esa nena eterna que siempre cuidaste y consentiste es la misma que hoy se muere de tristeza al ver que cuando le toca estar del otro lado, por alguna razón no está. Y lo peor es que es tan egoísta que se da el lujo de ser, una vez más, la que te necesita. Necesita que la estés necesitando.

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