Todavía cree en príncipes, pero ya no son azules. Quisiera vivir en El País de Nunca Jamás para dejar de crecer, aunque a veces desearía acelerar el tiempo. No tiene grises. Evita demostrar que muchas veces es ciclotímica y lo medita con la almohada, o lo escribe en el blog.
Una musa que anda de fiesta
Una canción de Navidad
Luna maldita llena
Y un barco que nada en pena
En el mar de la ciudad
Una marca de tu mejilla
El periódico viejo de hoy
Un caminante se acerca
Hay un coche que se detiene
Y en fin, tú y yo
De repente
En este mar de gente, tú y yo...
Hay días que no podría nunca explicar
Momentos para olvidar, oh oh!
Hay días que la ilusión me vuelve a matar
Y salgo por las noches para caminar
Y al cabo de unas horas me doy cuenta que es en vano...
Y que no volverás
Que no volverás
Cuatro historias que se repiten
En los rincones de un bar
Perro que ladra no muerde
Y el metro que baja y se pierde
En el sur de la ciudad
Una cena llena de promesas
De sonrisas de oro y marfil
Una chica se despide tan fácil como otra pide
Y, en fin, tú y yo
De repente
En este mar de gente, tú y yo...
Hay días que no podría nunca explicar
Momentos para olvidar, oh oh!
Hay días que la ilusión me vuelve a matar
Y salgo por las noches para caminar
Y al cabo de unas horas me doy cuenta que es en vano...
Y que no volverás